EL CINEMA.
Emmanuel Santiago J.
Sentado en la butaca de aquel cine, esperaba el comienzo de la cinta. A mi lado se encontraba una dama joven, de respiración lenta. Delante de nosotros estaban unos niños que hacía un molesto ruido. Eso me indicaba que tenía que preparar mis nervios para aguantarlos durante toda la película. Apagaron las luces. El ruido del proyector comenzó a sonar en la sala. La película iniciaba con música de Luis Alcaraz. La actriz del momento salía con un traje dorado. El salón de baile era inmenso., estaba pintado con tonos pasteles; lleno de bullicio. Sonaban copas. En otro lado se escuchaban las carcajadas de una mujer. De pronto entraba el galán, todo un cinturita. Se aproximó a ella y le dijo algo en el oído. Los colores eran impresionantes. Cada uno de los lugares era un paisaje. Los vestuarios estaban llenos de matices. En aquel momento de la película él le declaraba, por fin, su amor a ella y le prometía cambiar. Y enseguida el villano entraba con un traje negro y la cara rajada. Mientras ellos se besaban, aquel hombre soltaba una carga de plomo sobre el galán. El sonido parecía real, casi podía oler la pólvora. El vestido dorado se manchó de sangre y en el suelo se dispersaba un charco en el que quedaba tendido el cinturita. Un final clásico para un melodrama. La dama de al lado sollozaba y los niños guardaban silencio. Me dirigí a la dama y le dije:
-Estuvo buena la película ¿verdad?
-Sí, señor.
-Estas películas a color me encantan.
-Pero si es en blanco y negro.
Era la ventaja de ser ciego, uno se imaginaba lo que fuera en la pantalla.
1 comentario :
Hola Emmanuel, por lo que veo, te gustan (como a Monteroso)los cuentos hiper cortos. fijate que tengo un primo que es debil visual y que va al cine. La vez que me contó me pareció un poco absurdo, pero despues entendí, que la imaginación es sumamente poderosa y me dió gusto que no se privara del septimo arte.
Publicar un comentario